Inteligencia Emocional
Las emociones que impactan sobre el aprendizaje están en un espectro.
El MIT ha realizado un estudio, precisamente, en torno a esto; concluyen que estos sentimientos no existen tal como una nebulosa, sino en 5 espectros diferentes: cada espectro afecta de manera pecular al rendimiento general.
Son los siguientes:
- Ansiedad – Confianza
- Aburrimiento – Fascinación
- Frustración – Euforia
- Animado – Desanimado
- Terror – Encantamiento
Hay un motivo fisiológico para justificar que el estado anímico
influya sobre el aprendizaje: la comunicación entre el sistema límbico,
el tallo cerebral y la corteza. Los recuerdos positivos pueden abrir la
mente y ayudar a nuestro alumnado y a nosotras/os mismas/os; los
recuerdos negativos hacen que sea difícil captar y retener infomación
importante. Por ejemplo, la ansiedad matemática es una manifestación muy
común: los pensamientos y las emociones dañinas se acumulan e
imposibilitan avazar
Comprenderlas, procesarlas y manejarlas es una experiencia de
aprendizaje; por eso es importante que los/as profesores/as comprendan
cómo afectan éstas a sus alumnos y alumnas. El programa de Aprendizaje
Social y Emocional – Mark Greenberg – persigue que los y las estudiantes
sean capaces de pensar y sentir de una forma saludable. Estas
estrategias son tan pertinentes y necesarias como los números y el
abecedario.
El peligroso estereotipo pinta individuos que, entre otras cosas, son
incapaces de sentir emociones. En realidad, los niños y las niñas con
TEA luchan por comprender y expresar sus sentimientos. Ese desafortunado
mito persigue a toda la sociedad y al mundo académico, pero comprender
esta realidad, detrás de su condición estigmatizada, es lo único que nos
ayudará a adaptar nuestra enseñanza en el aula.
Si trabajamos con alumnas y alumnos en el espectro del autismo, el
DVD Mind Reader sería un recurso valioso. Algunas personas con autismo
-no todas- reconocen tener dificultades para identificar expresiones
faciales que indican sentimientos ajenos.
En función del nivel de gravedad pueden caer en el saco de
“dificultades de aprendizaje”. Las fuentes pueden ser variadísimas y la
forma de manifestarlo, de exteriorizarlo, también. Los síntomas
depresivos pueden ocasionar problemas referentes a la retención de la
infomación
En la Universidad de Toronto han desmontando un estereotipo: las
emociones negativas alimentan la creatividad mejor que las emociones
positivas. En realidad, las emociones positivas aumentan el pensamiento
innovador, la capacidad de síntesis… En un estado anímico pesimista, la
distracción es mayor. Un buen clima de aula favorece las calificaciones y
las actuaciones de nuestros alumnos y nuestras alumnas.
Un aula con un bajo nivel de ansiedad en el alumnado implica una
mayor productividad, creatividad y flexibiliadad cognitiva, así como un
estado de ánimo elevado que mejora la interacción de los y las
estudiantes. Los equipos directivos han de esforzarse para asegurar que
sus escuelas, colegios e institutos son lugares seguros en el sentido
más amplio de la palabra.
La depresión, ansiedad, ira e irritabilidad afectan al desempeño
diario, a la atención, la memoria, la productividad… Los y las
profesionales de la educación deben saber identificar síntomas que nos
indican que algún alumno o alumna está sufriendo; concretamente, hay que
identificar los traumas, ya que esos reveses deben abordarse seriamente
dentro y fuera del centro educativo.
Concretamente, al 14% de los y las jóvenes estadounidenses entre 13 y
18 años. Es más, un 4.7% sufre graves trastornos (bipolar, depresivo
mayor y distímico). Las chicas adolescentes son especialmente
vulnerables.
(Fuente: Escuela 20)
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