Es muy común que en los últimos cursos de Bachillerato, y cada vez
más en los últimos de ESO, nos encontremos en las aulas con alumnos que
no tienen una decisión firme sobre cómo quieren orientar sus estudios
una vez que finalicen la Secundaria. Os ofrecemos algunos consejos,
algunos planteados como preguntas, para que podáis ayudar a vuestros
alumnos a tomar la decisión más acertada.
1. Pregúntales: ¿a ti qué es lo que te hace ser feliz?
Muchas veces, la respuesta a esta pregunta esconde verdaderas
vocaciones que no han salido a la luz ante el miedo del propio alumno a
ser rechazado.
2. Enséñales a tomar decisiones, a equivocarse, a aprender de
sus errores, a analizarlos y a volver a iniciar el camino desde un
punto seguro. Diles que todos nos equivocamos, que son pocos,
muy pocos en realidad, los que tienen claro cuál es su camino y lo
transitan sin desviarse. Enséñales que la vida está formada por el
conjunto de experiencias que la conforman y que todas y cada una de esas
experiencias pueden cambiar el rumbo que habían iniciado anteriormente.
3. La verdadera felicidad, en cualquier campo académico o
técnico, se consigue cuando se desarrollan completamente las habilidades
que son necesarias para manejar con maestría el trabajo que se realiza.
Enséñales a ahondar, a investigar, a leer y a aprender continuamente
sobre aquello que les gusta. No basta con dedicarse a una profesión, se
trata de ser auténticos maestros en ella.
4. En la medida de tus posibilidades, ayúdales a buscar a un experto en ese campo, un mentor que responda a las preguntas que seguro tú no puedes solucionar,
y pide a este experto que sea franco con tus alumnos. El camino se
recorre mejor cuando se conocen de antemano los obstáculos a los que
habrá que enfrentarse.
5. Queda terminantemente prohibido el inmovilismo.
Quedarse quietos, a la espera de que pase algo o de encontrase a alguien
que solucione las dudas que tenemos, es uno de los mayores errores que
se pueden cometer.
6. Enséñales a plantear etapas en su camino.
Es
cierto que la ruta que tienen que recorrer es una y que la meta, al
menos al principio, queda lejana. Para alcanzarla enséñales a
reflexionar cada día, a preguntarse ante cualquier error cometido qué
pueden hacer para solucionarlo y acabar siempre, cada día, un poco más
cerca de la meta.
7. Cuando encuentren un método que les proporcione el éxito
pídeles que lo repitan con las mínimas modificaciones posibles, al menos
hasta que lo dominen completamente y puedan permitirse innovar, con la seguridad de que en cualquier momento pueden volver a repetirlo tal y como lo estaban haciendo al principio.
8. Enséñales a llevar todos los días actualizado un diario en el que escriban qué es lo más importante que han conseguido en el día, así como los objetivos que se plantean para el día siguiente. Día a día, paso a paso, irán recorriendo su camino con firmeza.
9. Enséñales a rodearse de personas positivas que no cohíban sus pensamientos.
A estas personas, a las que se ha puesto de moda denominar “tóxicas”,
deben aprender a tratarlas correctamente, a interpretar qué es lo que
les pueden aportar y a eliminar de sus pensamientos cualquier tipo de
duda o incertidumbre que intenten plasmar en el cerebro de tus alumnos.
10. Por último, enséñales a vivir la vida con alegría y entusiasmo.
Cualquier departamento de Recursos Humanos te dirá que ante todo
quieren que sus trabajadores sean felices y desarrollen su trabajo con
entusiasmo. Solo así conseguirán lograr las metas que se propongan en el
futuro.
(Fuente)
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